La gota es un problema reumatológico que afecta en España, y en el resto de Europa, a entre el 1 y el 2 por ciento de la población adulta - siendo hasta un 85 por ciento varones-, si bien afecta al 5 por ciento de la población mayor de 70 años, según explica el portavoz de la Sociedad Española de Reumatología, el doctor Fernando Pérez Ruiz, quien ha presentado este miércoles la campaña 'No des pie a la gota'.
Esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de Menarini España, pretende concienciar a la población sobre una enfermedad poco conocida pero con una amplia prevalencia. Para ello, además de difundir a los agente implicados las Guías de práctica clínica y crear folletos informativos, han instalado en la madrileña Plaza Felipe II el 'Paseo de la gota', un espacio diseñado para que los ciudadanos conozcan más la enfermedad.
"Queremos hacer llegar a la población que la gota es una de las pocas enfermedades reumatológicas que podemos controlar perfectamente y que es, incluso, curable", ha explicado Pérez Ruiz, quien hace hincapié en que se puede curar, ya que gracias al tratamiento prolongado durante años se puede conseguir disolver los cristales de ácido úrico que provocan la gota".
De hecho, una vez disueltos los cristales se estima que en 1 de cada 6 pacientes no se necesitaran tratamientos a largo plazo, y muchos de ellos solo necesitan un pequeña cantidad de tratamiento para mantenerse asintomáticos.
Los ataques de gota se producen por la acumulación de ácido úrico en el cuerpo, sobre todo en las articulaciones, "algo que ocurre cuando los niveles de ácido úrico se encuentran elevados durante un tiempo por el punto en el que cristaliza el ácido úrico, de modo que se producen reacciones inflamatorias crónicas".
Estas inflamaciones, según continua el doctor Pérez Ruiz, que "pueden no provocar síntomas", normalmente "producen ataques muy intensos de dolor e hinchazón en las articulaciones, que inicialmente son espaciados". De no tratarse, añade, "esos depósitos se hacen más grandes, cada vez hay más inflamación, y cada vez se producen más síntomas, hasta el punto de que puede producirse lesiones irreversibles de las articulaciones".
SOLO EL 50% TIENE SÍNTOMAS TÍPICOS de INICIO
A la hora de reconocer la enfermedad, este experto recuerda que solo el 50 por ciento de los pacientes tiene síntomas típicos de inicio que hagan sospechar que se padece gota; sin embargo, aquellos que si tienen los síntomas iniciales notarán una "hinchazón brusca con enrojecimiento en las articulaciones de los pies". En cuanto a los que no tienen síntomas de inicio, advierte de que hasta un 85 por ciento de los pacientes padecerán los síntomas cuando ya deberían haber empezado el tratamiento.
"Esto quiere decir que muchos se pueden diagnosticar con relativa facilidad, pero que uno de cada cinco puede tener síntomas atípicos que puede pasar desapercibidos o ser confundidos con contra enfermedad", ha explica, al tiempo que recuerda que cuánto más tiempo está sin tratar peor es la gota.
En cuanto a los mitos relacionados con la gota, el portavoz de la SER, destaca que en contra de lo que se piensa no siempre es culpa de los excesos en la comida, al menos en España donde por norma general se mantiene la dieta mediterránea; así, advierte de que tampoco es verdad que exista una dieta espacial para estos enfermos, ya que "lo importante es que coman bien y de manera equilibrada".
Esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de Menarini España, pretende concienciar a la población sobre una enfermedad poco conocida pero con una amplia prevalencia. Para ello, además de difundir a los agente implicados las Guías de práctica clínica y crear folletos informativos, han instalado en la madrileña Plaza Felipe II el 'Paseo de la gota', un espacio diseñado para que los ciudadanos conozcan más la enfermedad.
"Queremos hacer llegar a la población que la gota es una de las pocas enfermedades reumatológicas que podemos controlar perfectamente y que es, incluso, curable", ha explicado Pérez Ruiz, quien hace hincapié en que se puede curar, ya que gracias al tratamiento prolongado durante años se puede conseguir disolver los cristales de ácido úrico que provocan la gota".
De hecho, una vez disueltos los cristales se estima que en 1 de cada 6 pacientes no se necesitaran tratamientos a largo plazo, y muchos de ellos solo necesitan un pequeña cantidad de tratamiento para mantenerse asintomáticos.
Los ataques de gota se producen por la acumulación de ácido úrico en el cuerpo, sobre todo en las articulaciones, "algo que ocurre cuando los niveles de ácido úrico se encuentran elevados durante un tiempo por el punto en el que cristaliza el ácido úrico, de modo que se producen reacciones inflamatorias crónicas".
Estas inflamaciones, según continua el doctor Pérez Ruiz, que "pueden no provocar síntomas", normalmente "producen ataques muy intensos de dolor e hinchazón en las articulaciones, que inicialmente son espaciados". De no tratarse, añade, "esos depósitos se hacen más grandes, cada vez hay más inflamación, y cada vez se producen más síntomas, hasta el punto de que puede producirse lesiones irreversibles de las articulaciones".
SOLO EL 50% TIENE SÍNTOMAS TÍPICOS de INICIO
A la hora de reconocer la enfermedad, este experto recuerda que solo el 50 por ciento de los pacientes tiene síntomas típicos de inicio que hagan sospechar que se padece gota; sin embargo, aquellos que si tienen los síntomas iniciales notarán una "hinchazón brusca con enrojecimiento en las articulaciones de los pies". En cuanto a los que no tienen síntomas de inicio, advierte de que hasta un 85 por ciento de los pacientes padecerán los síntomas cuando ya deberían haber empezado el tratamiento.
"Esto quiere decir que muchos se pueden diagnosticar con relativa facilidad, pero que uno de cada cinco puede tener síntomas atípicos que puede pasar desapercibidos o ser confundidos con contra enfermedad", ha explica, al tiempo que recuerda que cuánto más tiempo está sin tratar peor es la gota.
En cuanto a los mitos relacionados con la gota, el portavoz de la SER, destaca que en contra de lo que se piensa no siempre es culpa de los excesos en la comida, al menos en España donde por norma general se mantiene la dieta mediterránea; así, advierte de que tampoco es verdad que exista una dieta espacial para estos enfermos, ya que "lo importante es que coman bien y de manera equilibrada".
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