Una de las pruebas de fuego cuando estás a dieta es la de la compra. Aquí tienes algunos consejos útiles para realizar una compra "bien equilibrada".
1. No vayas nunca a comprar con el estómago vacío.
2. Frutas y verduras. Independientemente de que las verduras sean frescas, congeladas o en conserva, puedes tomarlas en la cantidad que te apetezca. La uva, el plátano y los frutos secos son algunas de las frutas que aportan más calorías, aunque hay alimentos de otros grupos que son mucho más energéticos. Si tomas zumos, escoge los que contengan un 100 por ciento de fruta y no lleven azúcar añadido.
3. Cereales, pan y féculas. Conviene elegir aquellos que sean ricos en fibra, como legumbres, pan integral, arroz integral, etc. Escoge cereales para el desayuno que contengan poco azúcar añadido y, preferiblemente, con un contenido relativamente elevado de fibra.
4. Productos lácteos. Escoge leche desnatada o semidesnatada y yogures desnatados, naturales o con frutas, sin azúcar añadido. Limita la ingesta de queso curado, dado que su contenido en grasas es elevado. Escoge, por ejemplo, quesos suaves tipo Burgos, con un 10 por ciento ó un15 por ciento de grasa.
5. Carnes, pescados y huevos. Cuando se sigue una dieta de adelgazamiento se puede comer carne cocinada de varias formas (a la plancha, asada, estofada), siempre y cuando se escojan las partes magras: Buey: todos los tipos de bistés (solomillo, lomo, cadera y cuarto delantero). Ternera: escalopa, costillas y filete Carne de caballo: todas las partes son magras. Conejo: todas las partes son magras. Cordero: pierna y bistés. Cerdo: solomillo, chuletas, lomo y jamón cocido. Aves: pollo y pavo sin la piel. En cuanto a los pescados, escógelos frescos o congelados, en filetes o enteros, que no haya sido precocinado. Limita el consumo de conservas de pescado. Los huevos los puedes preparar de la forma que prefieras, excepto fritos. Recuerda que la yema contiene una cantidad importante de colesterol.
6. Grasas y aceites. Limita el consumo de mantequilla o margarina; evita las salsas. Entre los aceites vegetales hay que destacar los de oliva, girasol y soja. El aceite vegetal más adecuado para cocinar es el de oliva, ya que es el más resistente a las altas temperaturas.
1. No vayas nunca a comprar con el estómago vacío.
2. Frutas y verduras. Independientemente de que las verduras sean frescas, congeladas o en conserva, puedes tomarlas en la cantidad que te apetezca. La uva, el plátano y los frutos secos son algunas de las frutas que aportan más calorías, aunque hay alimentos de otros grupos que son mucho más energéticos. Si tomas zumos, escoge los que contengan un 100 por ciento de fruta y no lleven azúcar añadido.
3. Cereales, pan y féculas. Conviene elegir aquellos que sean ricos en fibra, como legumbres, pan integral, arroz integral, etc. Escoge cereales para el desayuno que contengan poco azúcar añadido y, preferiblemente, con un contenido relativamente elevado de fibra.
4. Productos lácteos. Escoge leche desnatada o semidesnatada y yogures desnatados, naturales o con frutas, sin azúcar añadido. Limita la ingesta de queso curado, dado que su contenido en grasas es elevado. Escoge, por ejemplo, quesos suaves tipo Burgos, con un 10 por ciento ó un15 por ciento de grasa.
5. Carnes, pescados y huevos. Cuando se sigue una dieta de adelgazamiento se puede comer carne cocinada de varias formas (a la plancha, asada, estofada), siempre y cuando se escojan las partes magras: Buey: todos los tipos de bistés (solomillo, lomo, cadera y cuarto delantero). Ternera: escalopa, costillas y filete Carne de caballo: todas las partes son magras. Conejo: todas las partes son magras. Cordero: pierna y bistés. Cerdo: solomillo, chuletas, lomo y jamón cocido. Aves: pollo y pavo sin la piel. En cuanto a los pescados, escógelos frescos o congelados, en filetes o enteros, que no haya sido precocinado. Limita el consumo de conservas de pescado. Los huevos los puedes preparar de la forma que prefieras, excepto fritos. Recuerda que la yema contiene una cantidad importante de colesterol.
6. Grasas y aceites. Limita el consumo de mantequilla o margarina; evita las salsas. Entre los aceites vegetales hay que destacar los de oliva, girasol y soja. El aceite vegetal más adecuado para cocinar es el de oliva, ya que es el más resistente a las altas temperaturas.
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