MADRID, 28 Jun. (Infosalus/EP) -
Desde las fobias más absurdas hasta los temores más certeros tienen un componente común: el miedo. Aunque no requieran de un diagnóstico médico y nuestra vida diaria no se encuentre realmente afectada por estas ansiedades no hay que dejar que tomen el control ni siquiera en situaciones puntuales porque existen mecanismos útiles y prácticos para superar estas angustias cotidianas.
Desde el sitio web sobre salud 'NHS choices' (www.nhs.uk) que financia el Departamento de Salud del gobierno de Reino Unido plantean que es posible superar estos miedos 'menores' si se siguen los siguientes pasos:
1. Tomarse un respiro
Parece imposible pensar con claridad cuando el miedo o la ansiedad nos sobrepasa, señalan desde la web británica. La adrenalina es la responsable del corazón acelerado, las palmas de las manos sudadas y la sensación de pánico. Por ello, lo primero que hay que hacer es tomarnos un tiempo para conseguir calmarnos físicamente.
Dejar a un lado las preocupaciones durante 15 minutos caminando alrededor del barrio, tomando una bebida caliente o con un baño puede ser de ayuda. Una vez que el cuerpo se calma podemos estar mejor preparados para decidir la mejor forma de afrontar estos miedos.
2. ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Cuando estás ansioso sobre algo, sea el trabajo, una relación personal o un examen, puede ayudar pensar en profundidad qué es lo peor que podría pasar. Incluso si una presentación, una llamada o una conversación fueran muy mal la supervivencia está garantizada. En ocasiones lo peor que puede suceder es un ataque de pánico.
Si el corazón comienza a latir con rapidez o empiezan a sudar las palmas de las manos, lo mejor es no combatir estas experiencias y sentir el miedo. Colocar la palma de la mano sobre el estómago y respirar lenta y profundamente (no más de 12 respiraciones por minuto) ayuda a tranquilizar el cuerpo.
Podría llevar hasta una hora pero finalmente el pánico se irá por si mismo. El objetivo es ayudar a la mente a acostumbrarse a afrontar el pánico, lo que hace que el miedo al miedo se vaya.
3. Exponerse al miedo
Evitar los miedos sólo los hace más aterradores y poderosos. Si se entra en pánico un día en un ascensor, es mejor subir a otro al día siguiente y sentir el miedo hasta que desaparezca. Sea lo que sea lo que se teme, si se afronta debería empezar a desaparecer.
4. Dar la bienvenida a lo peor
Cada vez que el miedo se acepta se hace más fácil afrontarlo la siguiente vez que se presenta hasta que al final el problema deja de existir. Si imaginas lo peor que puede suceder, como tener un ataque cardiaco, e intentas ponerte en la situación es más fácil ser consciente de que es una situación imposible. El miedo se alejará más cuanto más lo persigas.
5. ¡Despierta!
Estos trucos están diseñados para personas que están afrontando miedos y ansiedades cotidianas no si lo que existe es un trastorno asociado a la ansiedad.
Los miedos tienden a ser mucho peores que la realidad. A menudo, las personas que han sido atacadas no pueden evitar pensar que el asalto va a suceder de nuevo cada vez que caminan por un callejón oscuro. Pero la probabilidad de que esto ocurra en realidad es muy baja.
De forma similar, las personas a veces sienten que fallan porque se ruborizan cuando se sienten avergonzadas, lo que les hace sentirse aún peor. Sin embargo, ruborizarse en situaciones de estrés es normal, si recordamos esto la ansiedad se va.
6. No esperar ser perfectos
Los pensamientos perfeccionistas del tipo "si no soy la mejor como madre, soy un fracaso" o "ni siquiera consigo que mis dvds estén colocados de la misma forma, mi vida es un desastre", no son nada realistas y sólo ponen los cimientos para la ansiedad.
La vida está llena de exigencias y aún así muchas personas sienten que su vida tiene que ser perfecta. Siempre existirán días malos y recaídas y es esencial recordar que la vida está llena de conflictos.
7. Visualizar en positivo
Tómate un momento para cerrar los ojos e imaginar un lugar donde sentirte seguro y calmado, podría ser una imagen de ti caminando en una hermosa playa o un recuerdo feliz de la infancia. Deja las sensaciones positivas que te tranquilicen hasta que te sientas más relajado.
8. Hablar sobre ello
Compartir los miedos se lleva mucho de su capacidad para asustarnos. Si no es posible hablarlos con la pareja, un amigo o un familiar siempre se puede llamar a una línea de ayuda telefónica. Y si los miedos no se van es mejor consultarlo con el médico.
9. Volver a lo básico
Un buen sueño, una alimentación saludable y caminar son a menudo las mejores curas para la ansiedad. La forma más sencilla de dormirse cuando las preocupaciones llegan una y otra vez a la mente puede ser dejar de intentar hacerlo.
Muchas personas se pasan al alcohol o a los fármacos para automedicar su ansiedad con la idea de que esto hará que se sientan mejor, pero esto sólo hace que el nerviosismo empeore. Por otro lado, comer bien ayuda a mejorar la forma física y mental.
10. Utilizar las recompensas
Cuando se consiguen vencer estos miedos de una u otra forma hay que reforzar estos pequeños y grandes éxitos con alguna gratificación, sea esta un baño a la luz de las velas, un masaje, un paseo por el campo, un concierto, una comida fuera, un libro, un DVD o cualquier regalo que nos haga felices.
Desde el sitio web sobre salud 'NHS choices' (www.nhs.uk) que financia el Departamento de Salud del gobierno de Reino Unido plantean que es posible superar estos miedos 'menores' si se siguen los siguientes pasos:
1. Tomarse un respiro
Parece imposible pensar con claridad cuando el miedo o la ansiedad nos sobrepasa, señalan desde la web británica. La adrenalina es la responsable del corazón acelerado, las palmas de las manos sudadas y la sensación de pánico. Por ello, lo primero que hay que hacer es tomarnos un tiempo para conseguir calmarnos físicamente.
Dejar a un lado las preocupaciones durante 15 minutos caminando alrededor del barrio, tomando una bebida caliente o con un baño puede ser de ayuda. Una vez que el cuerpo se calma podemos estar mejor preparados para decidir la mejor forma de afrontar estos miedos.
2. ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Cuando estás ansioso sobre algo, sea el trabajo, una relación personal o un examen, puede ayudar pensar en profundidad qué es lo peor que podría pasar. Incluso si una presentación, una llamada o una conversación fueran muy mal la supervivencia está garantizada. En ocasiones lo peor que puede suceder es un ataque de pánico.
Si el corazón comienza a latir con rapidez o empiezan a sudar las palmas de las manos, lo mejor es no combatir estas experiencias y sentir el miedo. Colocar la palma de la mano sobre el estómago y respirar lenta y profundamente (no más de 12 respiraciones por minuto) ayuda a tranquilizar el cuerpo.
Podría llevar hasta una hora pero finalmente el pánico se irá por si mismo. El objetivo es ayudar a la mente a acostumbrarse a afrontar el pánico, lo que hace que el miedo al miedo se vaya.
3. Exponerse al miedo
Evitar los miedos sólo los hace más aterradores y poderosos. Si se entra en pánico un día en un ascensor, es mejor subir a otro al día siguiente y sentir el miedo hasta que desaparezca. Sea lo que sea lo que se teme, si se afronta debería empezar a desaparecer.
4. Dar la bienvenida a lo peor
Cada vez que el miedo se acepta se hace más fácil afrontarlo la siguiente vez que se presenta hasta que al final el problema deja de existir. Si imaginas lo peor que puede suceder, como tener un ataque cardiaco, e intentas ponerte en la situación es más fácil ser consciente de que es una situación imposible. El miedo se alejará más cuanto más lo persigas.
5. ¡Despierta!
Estos trucos están diseñados para personas que están afrontando miedos y ansiedades cotidianas no si lo que existe es un trastorno asociado a la ansiedad.
Los miedos tienden a ser mucho peores que la realidad. A menudo, las personas que han sido atacadas no pueden evitar pensar que el asalto va a suceder de nuevo cada vez que caminan por un callejón oscuro. Pero la probabilidad de que esto ocurra en realidad es muy baja.
De forma similar, las personas a veces sienten que fallan porque se ruborizan cuando se sienten avergonzadas, lo que les hace sentirse aún peor. Sin embargo, ruborizarse en situaciones de estrés es normal, si recordamos esto la ansiedad se va.
6. No esperar ser perfectos
Los pensamientos perfeccionistas del tipo "si no soy la mejor como madre, soy un fracaso" o "ni siquiera consigo que mis dvds estén colocados de la misma forma, mi vida es un desastre", no son nada realistas y sólo ponen los cimientos para la ansiedad.
La vida está llena de exigencias y aún así muchas personas sienten que su vida tiene que ser perfecta. Siempre existirán días malos y recaídas y es esencial recordar que la vida está llena de conflictos.
7. Visualizar en positivo
Tómate un momento para cerrar los ojos e imaginar un lugar donde sentirte seguro y calmado, podría ser una imagen de ti caminando en una hermosa playa o un recuerdo feliz de la infancia. Deja las sensaciones positivas que te tranquilicen hasta que te sientas más relajado.
8. Hablar sobre ello
Compartir los miedos se lleva mucho de su capacidad para asustarnos. Si no es posible hablarlos con la pareja, un amigo o un familiar siempre se puede llamar a una línea de ayuda telefónica. Y si los miedos no se van es mejor consultarlo con el médico.
9. Volver a lo básico
Un buen sueño, una alimentación saludable y caminar son a menudo las mejores curas para la ansiedad. La forma más sencilla de dormirse cuando las preocupaciones llegan una y otra vez a la mente puede ser dejar de intentar hacerlo.
Muchas personas se pasan al alcohol o a los fármacos para automedicar su ansiedad con la idea de que esto hará que se sientan mejor, pero esto sólo hace que el nerviosismo empeore. Por otro lado, comer bien ayuda a mejorar la forma física y mental.
10. Utilizar las recompensas
Cuando se consiguen vencer estos miedos de una u otra forma hay que reforzar estos pequeños y grandes éxitos con alguna gratificación, sea esta un baño a la luz de las velas, un masaje, un paseo por el campo, un concierto, una comida fuera, un libro, un DVD o cualquier regalo que nos haga felices.
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