En esta etapa de la vida conviene no descuidar la alimentación.
Un relajamiento excesivo en el control de las comidas puede
desencadenar problemas nutricionales en personas que seguían dietas
hasta entonces equilibradas.
Estos desajustes alimentarios pueden
estar motivados por distintos factores: un retiro profesional, un cambio
en los horarios de las comidas, cambios de metabolismo, la aparición de
enfermedades propias de una determinada edad, abuso de dulces y
aperitivos (frecuentes en personas mayores)…
Seguir con una alimentación adecuada contribuirá a mantener el organismo activo y sano, y ayudará a prevenir la aparición de enfermedades. Es decir, contribuirá a mantener o mejorar nuestra calidad de vida.
Es importante que sea una alimentación variada y equilibrada, en la que se combinen diariamente alimentos de los 6 grupos básicos. Sin embargo, se deben tener en cuenta las siguientes pautas:
Es importante que sea una alimentación variada y equilibrada, en la que se combinen diariamente alimentos de los 6 grupos básicos. Sin embargo, se deben tener en cuenta las siguientes pautas:
Las necesidades energéticas
son menores que en otras etapas de la vida, ya que el gasto energético
es menor. El aporte energético recomendado oscila en torno a 2.000
kcal/día para los hombres y 1.800 kcal/día para las mujeres.
La ingesta de calcio toma un papel protagonista,
ya que previene una de las dolencias más frecuentes en las personas
mayores; la osteoporosis. Por ello, se recomienda incluir leche o un
producto lácteo en cada comida.
La vitamina D
mejora la absorción del calcio en los huesos y puede ser sintetizada
por el organismo mediante la exposición a la luz solar. No obstante, en
climas sin demasiado sol o cuando el ritmo de vida no permita una
exposición suficiente, el aporte de vitamina D a
través de los alimentos es esencial. Además de los alimentos lácteos,
está presente en la yema de huevo y en los aceites de hígado de pescado.
Las proteínas, y en especial la vitamina B12, son importantes para la formación de los glóbulos rojos, presente en carnes, hígado, riñón y lácteos.
Los ácidos grasos esenciales o vitamina F,
presente en aceites vegetales de germen de trigo, soja, girasol,
almendras, nueces y aceites de pescado de aguas profundas, son
imprescindibles para mantener el corazón sano.
La vitamina C, que podemos encontrar principalmente en los cítricos y vegetales verdes, ayudará a prevenir el deterioro de la vista.
Recuerda que estos consejos son generales. Las personas mayores representan una población muy heterogénea cuyo estilo de vida, estado de salud y necesidades nutricionales pueden ser muy distintas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario