Científicos de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, han demostrado en un estudio 'in vitro' que la apigenina y la luteolina, flavonoides antioxidantes presentes en algunas verduras como las alcachofas, el apio o el orégano mexicano, son capaces de acabar con células tumorales del páncreas humano, gracias a la inhibición de una enzima importante para su desarrollo.
La clave, según explican los autores de dicho hallazgo en la edición digital de 'Food and Chemical Toxicology', está en utilizar estas sustancias como tratamiento previo en lugar de aplicarlos al tiempo que el fármaco quimioterápico gemcitabina.
"Nuestro estudio indica que el tomar suplementos de antioxidantes en el mismo día en que los fármacos quimioterápicos puede anular el efecto de esos fármacos", dijo Jodee Johnson, una de las autoras del estudio.
Al parecer, una de las vías que utilizan los fármacos quimioterápicos para destruir las células es su actividad pro-oxidante, lo que significa que los flavonoides pueden y este tratamiento pueden competir entre sí cuando se usan al mismo tiempo", explicó.
En su investigación, los científicos descubrieron que la apigenina inhibe una enzima llamada glucógeno sintasa quinasa-3beta (GSK-3beta), que da lugar a una disminución en la producción de genes anti-apoptóticos en las células del cáncer pancreático, lo que favorece la muerte celular cuando el ADN resulta dañado.
En concreto, el porcentaje de apoptosis celular fue de 8,4 por ciento en las células que no habían sido tratados con el flavonoide y 43,8 por ciento en las células que si lo habían recibido, sin incluir en ningún momento la quimioterapia.
El tratamiento con el flavonoide también modificó la expresión de algunos genes asociados con las citoquinas pro-inflamatorias.
Los científicos reconocen que los pacientes con cáncer de páncreas probablemente nunca sean capaces de comer suficientes alimentos ricos en flavonoides como para elevar los niveles de plasma sanguíneo hasta los niveles necesitados. Sin embargo, el hallazgo sí que podría permitir diseñar fármacos que permitan lograr esas concentraciones.
Fuente:EP/RCV
La clave, según explican los autores de dicho hallazgo en la edición digital de 'Food and Chemical Toxicology', está en utilizar estas sustancias como tratamiento previo en lugar de aplicarlos al tiempo que el fármaco quimioterápico gemcitabina.
"Nuestro estudio indica que el tomar suplementos de antioxidantes en el mismo día en que los fármacos quimioterápicos puede anular el efecto de esos fármacos", dijo Jodee Johnson, una de las autoras del estudio.
Al parecer, una de las vías que utilizan los fármacos quimioterápicos para destruir las células es su actividad pro-oxidante, lo que significa que los flavonoides pueden y este tratamiento pueden competir entre sí cuando se usan al mismo tiempo", explicó.
En su investigación, los científicos descubrieron que la apigenina inhibe una enzima llamada glucógeno sintasa quinasa-3beta (GSK-3beta), que da lugar a una disminución en la producción de genes anti-apoptóticos en las células del cáncer pancreático, lo que favorece la muerte celular cuando el ADN resulta dañado.
En concreto, el porcentaje de apoptosis celular fue de 8,4 por ciento en las células que no habían sido tratados con el flavonoide y 43,8 por ciento en las células que si lo habían recibido, sin incluir en ningún momento la quimioterapia.
El tratamiento con el flavonoide también modificó la expresión de algunos genes asociados con las citoquinas pro-inflamatorias.
Los científicos reconocen que los pacientes con cáncer de páncreas probablemente nunca sean capaces de comer suficientes alimentos ricos en flavonoides como para elevar los niveles de plasma sanguíneo hasta los niveles necesitados. Sin embargo, el hallazgo sí que podría permitir diseñar fármacos que permitan lograr esas concentraciones.
Fuente:EP/RCV
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