MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
El riesgo de sufrir una lesión medular al zambullirse en una zona de baño es aún más alto en embalses, ríos o lagos que en las piscinas públicas o privadas, según asegura el jefe de Sección del Servicio de Rehabilitación del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, el doctor Ángel Gil.
Según señala el experto a Europa Press, el riesgo por esta práctica se produce "fundamentalmente" en estos emplazamientos, y es que "la persona se lanza sin saber exactamente cual es la profundidad del sitio al que se va a tirar". Esta situación se puede producir por el estado turbio del agua, lo que también puede hacer "que elementos que estén sumergidos no se vean desde fuera".
Además, Gil explica que en los pantanos y en el mar "la profundidad cambia de un día a otro", lo que repercute en que "no se controle la profundidad". En este sentido, sostiene que "hay que extremar las precauciones si no se ve el fondo, hay que ver cuanto cubre y no lanzarse desde grandes alturas".
Por contra, tirarse de cabeza al agua sin tomar medidas puede producir un impacto en la misma, algo que puede derivar "en fracturas de vértebras cervicales que provocan lesiones medulares", advierte el galeno, que subraya que éstas suelen ocasionarse en emplazamientos altos. Estos accidentes "traen consigo tretraplejias, pérdida de movilidad en brazos y piernas", lamenta.
Al hilo de ello, el especialista del Hospital Nacional de Parapléjicos asegura que "cuanto más alta sea la lesión, más músculos hay implicados en la parálisis", motivo por el cual califica a estos eventos como "muy graves".
CAMPAÑA ANUAL PARA PREVENIR Y CONCIENCIAS EN LUGARES DE BAÑO
Esta institución sanitaria española desarrolla todos los años una campaña de concienciación, la cual está teniendo visibilidad en las redes sociales y por la cual se puede descargar un cartel con consejos para ubicarlos en lugares de baño. Entre otras recomendaciones, "se hace hincapié en no tirarse desde una altura muy alta, en hacerlo con los brazos por delante y en comprobar la profundidad", explica Gil.
De cualquier forma, y ante la posibilidad de que puedan producirse estos accidentes, subraya que es "muy importante" inmovilizar el cuello, evitar movimientos en la columna y avisar a los profesionales para que hagan el traslado lo antes posible". Por contra, afirma que no se aconseja que éste último sea realizado "en un vehículo particular".
Una vez en el hospital, y si ha habido fractura de la vértebra, la lesión "exige tratamiento quirúrgico", explica al tiempo que señala que "hay que fijar la fractura para estabilizar ese tramo de la columna". Además, expone que si también se ha generado una lesión medular, "el proceso de rehabilitación es muy largo y las secuelas suelen ser muy importantes".
Al respecto, Gil confirma que el Hospital Nacional de Parapléjicos ha recibido un paciente en estas circunstancias durante el mes de julio, el único de este verano hasta la fecha. Los datos de los veranos de 2012 y 2011 fueron de 5 y 6 pacientes, respectivamente.
Al igual que este ovetense que se recupera en el centro y que padece lesión cervical aguda, el perfil del lesionado por zambullida suele identificarse en "gente joven con una edad media de edad que no llega a los 30 años y que son varones con tretraplejia", indica. Por ello, Gil insiste en la importancia de la prevención como "tratamiento fundamental".
Según señala el experto a Europa Press, el riesgo por esta práctica se produce "fundamentalmente" en estos emplazamientos, y es que "la persona se lanza sin saber exactamente cual es la profundidad del sitio al que se va a tirar". Esta situación se puede producir por el estado turbio del agua, lo que también puede hacer "que elementos que estén sumergidos no se vean desde fuera".
Además, Gil explica que en los pantanos y en el mar "la profundidad cambia de un día a otro", lo que repercute en que "no se controle la profundidad". En este sentido, sostiene que "hay que extremar las precauciones si no se ve el fondo, hay que ver cuanto cubre y no lanzarse desde grandes alturas".
Por contra, tirarse de cabeza al agua sin tomar medidas puede producir un impacto en la misma, algo que puede derivar "en fracturas de vértebras cervicales que provocan lesiones medulares", advierte el galeno, que subraya que éstas suelen ocasionarse en emplazamientos altos. Estos accidentes "traen consigo tretraplejias, pérdida de movilidad en brazos y piernas", lamenta.
Al hilo de ello, el especialista del Hospital Nacional de Parapléjicos asegura que "cuanto más alta sea la lesión, más músculos hay implicados en la parálisis", motivo por el cual califica a estos eventos como "muy graves".
CAMPAÑA ANUAL PARA PREVENIR Y CONCIENCIAS EN LUGARES DE BAÑO
Esta institución sanitaria española desarrolla todos los años una campaña de concienciación, la cual está teniendo visibilidad en las redes sociales y por la cual se puede descargar un cartel con consejos para ubicarlos en lugares de baño. Entre otras recomendaciones, "se hace hincapié en no tirarse desde una altura muy alta, en hacerlo con los brazos por delante y en comprobar la profundidad", explica Gil.
De cualquier forma, y ante la posibilidad de que puedan producirse estos accidentes, subraya que es "muy importante" inmovilizar el cuello, evitar movimientos en la columna y avisar a los profesionales para que hagan el traslado lo antes posible". Por contra, afirma que no se aconseja que éste último sea realizado "en un vehículo particular".
Una vez en el hospital, y si ha habido fractura de la vértebra, la lesión "exige tratamiento quirúrgico", explica al tiempo que señala que "hay que fijar la fractura para estabilizar ese tramo de la columna". Además, expone que si también se ha generado una lesión medular, "el proceso de rehabilitación es muy largo y las secuelas suelen ser muy importantes".
Al respecto, Gil confirma que el Hospital Nacional de Parapléjicos ha recibido un paciente en estas circunstancias durante el mes de julio, el único de este verano hasta la fecha. Los datos de los veranos de 2012 y 2011 fueron de 5 y 6 pacientes, respectivamente.
Al igual que este ovetense que se recupera en el centro y que padece lesión cervical aguda, el perfil del lesionado por zambullida suele identificarse en "gente joven con una edad media de edad que no llega a los 30 años y que son varones con tretraplejia", indica. Por ello, Gil insiste en la importancia de la prevención como "tratamiento fundamental".
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