La actual pirámide nutricial recomienda consumir de 2 a 4 raciones de lácteos al día. La leche es uno de los alimentos más completos y sus derivados conforman un rico y variado abanico culinario con el que satisfacer el paladar.
En alimentación, cuando se habla de leche, se hace referencia a la leche de vaca. Cualquier otro tipo de leche tiene que especificar su procedencia. La leche está presente desde la más tierna infancia en la dieta y es que en cualquiera de sus subproductos y derivados (quesos, yogures, cuajada, helados, kéfir….) presenta una alta digestibilidad, entre el 95 y el 100 por ciento, y es muy rica en proteínas de alto valor biológico como la caseína; minerales como el calcio; y en hidratos de carbono. No destaca por su alto contenido vitamínico pero es una fuente de vitaminas como la A, la E, o la K.
Es una de las fuentes principales de obtención de agua, calcio y fósforo. Para los niños y los jóvenes es uno de los alimentos básicos y una de sus fuentes de nutrientes. En esta época se ha de tomar entera pues conserva las vitaminas A y D ligadas a la grasa.
Si eres mujer también has de tener la leche entre tus alimentos básicos, sobre todo, durante la gestación, la lactancia y la menopausia. En el resto de los casos, si por cuestión de gustos te va más la leche desnatada, escoge una que esté enriquecida en calcio y vitaminas, sobre todo, A y D.