Una boca sana es básica para poder seguir una alimentación rica, variada y amena. Si tienes inflamación en las encías (gingivitis), caries u otro tipo de problemas dentales la hora de la comida puede no ser tan placentera como quisieras. Además, si comer te resulta doloroso es posible que tu dieta pase a ser un tanto aburrida.
Seguir una buena higiene dental es fundamental para tener una boca sana… pero también lo es tener una nutrición adecuada. Los dientes primarios se forman y empiezan a calcificarse antes de que el bebe nazca y los permanentes empiezan a hacerlo poco después del parto y durante la adolescencia. Las proteínas y, sobre todo, el calcio, la vitamina D y el flúor son necesarios para la calcificación dental. Los dientes mal calcificados corren mayor riesgo de sufrir caries.
Sin embargo, la salud bucal no solo se detiene en los dientes. Las encías también tienen sus necesidades y si no se cubren pueden enfermar. Las encías son el tejido suave que da soporte a los dientes. Además de la buena higiene oral, las vitaminas C y K son importantes para la salud de las encías. La vitamina C ayuda a mantener el tejido de las encías fuerte y la vitamina K ayuda a controlar el sangrado. La gingivitis (inflamación de las encías) causa encías rojas e inflamadas que duelen y sangran fácilmente. Sus causas son: pobre higiene dental, infecciones y deficiencias nutricionales.