Los hábitos alimentarios que los niños adquieren en la infancia son los que mantendrán cuando sean mayores. Así que tenemos que asegurarnos de que sean buenos.
¿Cómo?
- Dándoles de comer de todo: una dieta variada estimula el apetito del niño y cubre sus necesidades nutritivas. Es importante incluir a diario porciones de todos los grupos alimentarios (cereales, verduras, frutas, pescados o carnes, legumbres y lácteos).
- Asegurándonos de que el niño come en los momentos idóneos: no hay que dejarle que pique entre horas, ni tampoco debemos saltarnos ninguna comida. Lo ideal son cuatro o cinco tomas diarias.
- eleccionando bien los alimentos: modera el uso de sal, bebidas refrescantes azucaradas, bollería y golosinas. Limita los fritos, rebozados y guisos grasos, y no olvides darle leche, pues es muy importante para su crecimiento. Algunos productos preparados y congelados gustan mucho a los niños y bien combinados con otros alimentos pueden entrar dentro de una dieta equilibrada.
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