La filosofía oriental enseña que el bienestar reside en la armonía del cuerpo, mente y espíritu. Para lograr esa armonía es fundamental comer de todo, sobre todo, muchas frutas y verduras; practicar ejercicio físico; evitar el estrés; y, a ser posible, tener un “hobbie”.
Para saber si tu día a día o tu semana a semana sigue los dictados de una vida saludable te proponemos que lo compruebes, a través de los siguientes puntos del bienestar.
- Descansar bien. Tan importante es el sueño como la alimentación. Es mejor que cenes ligero y temprano… evitando las carnes rojas, que hagas la digestión antes de irte a la cama y que no trasnoches. ¡Cuando te despiertes irradiarás energía y vitalidad!
- Planifica menús mensuales. No solo te ayudará a mantener una alimentación variada y equilibrada. Sobre todo, y lo más importante, ganarás tiempo para ti. Pensar cada día lo que vas a comer puede consumir muchas energías.
- Un poco de ejercicio cada día. Busca el que más te guste: nadar, ir a clase de gimnasia, bailar, hacer yoga. Si no te gustan las clases dirigidas o ir al gimnasio puedes probar con hacer diariamente una caminata a paso firme. Por ejemplo, si evitas el autobús o el metro al salir de trabajar y te vas a casa andando a buen paso ya estás moviendo tu cuerpo y tu corazón.
- Aire puro, sol y agua. La naturaleza está a tu favor. El aire libre y la luz del sol alimentan tu energía. La luz solar te llena de energía y alegría además de ayudar a sintetizar la vitamina D, tan necesaria para la salud de tus huesos. El aire libre te da una sensación de plenitud y te induce a respirar mejor y el agua te ayuda a eliminar toxinas, a hidratar la piel, favorece la evacuación y ¡no engorda!.
- Cuídate en el trabajo. Si tienes una actividad sedentaria levántate cada hora para estirarte un poco, mover las articulaciones, rotar la cabeza y reacomodar la postura.
- Mantén una actitud positiva. Algunas situaciones pondrán a prueba tu paciencia. Tómatelo con calma: respira hondo, bebe un poco de agua, cuenta hasta diez y sonríe. Te ayudará a verlo todo un poco más claro.
- Haz las comidas en un buen ambiente. Come en una mesa ordenada, dedicándote tu tiempo para disfrutar de los alimentos, masticando a conciencia y procurando tener una conversación amena y constructiva.
- Evita los comentarios negativos. Con frecuencia te encontrarás en situaciones en las que se criticarán abiertamente a otras personas que no estén presentes. No entres al trapo y procura mantenerte al margen o, directamente, evítalos. Si el aludido o aludida no están presentes no estarás participando de nada positivo.
- Haz amistad con la fibra. Combate el estreñimiento, regula el tránsito intestinal, “barre” el colesterol malo y tiene un gran poder saciante. La encontrarás en verduras, cereales integrales, legumbres…
- Tómate tus cinco minutos… ó diez, ó quince para relajarte. Es muy positivo tener un momento al día para estirarse, cerrar los ojos y evitar pensar en nada concreto. Se trata, simplemente, de parar. ¡Verás lo bien que te sienta!
- Un capricho de vez en cuando también te lo puedes dar. Puede venir en forma de alguna compra que te guste, como algo de ropa, un viaje relámpago de fin de semana o un dulce. Cuando te des el gusto ¡disfrútalo a tope y evita el sentimiento de culpabilidad!
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