En muchas ocasiones, en una pareja tienen lugar unas peligrosas luchas de poder que pueden ocasionar problemas graves. Para que la relación funcione, es necesario que haya equidad en la distribución de papeles.
Ø Cuando un miembro de la pareja se impone al otro, se establece una desigualdades que, si bien a corto plazo puede hacer las cosas más sencillas, con el tiempo puede ser el origen de la insatisfacción de uno y de la prepotencia sin límites del otro.
Ø La estrategia es la siguiente. Uno de los miembros de la pareja, el que desea ser el fuerte, mina la confianza del dominado infravalorando sus capacidades mediante la criticas explicitas o encubiertas (a base, por ejemplo, de bromas). Sin confianza en sí mismo, el miembro dominado se somete a la voluntad de su pareja, dándole siempre la razón y complaciendo constantemente sus deseos.
Ø Para evitar esta desigualdad, es necesario comprender que una relación no significa dar, sino compartir. Si renunciamos a nuestra identidad para ser amigos, estamos perdiendo la esencia de todo ser humano, por lo tanto, hacer valer nuestras opiniones y, no admitir desprecios ni humillaciones, aunque sean en broma.
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