Es conocido que con la edad se producen una serie de cambios fisiológicos, económicos y sociales que pueden afectar negativamente a nuestro estado nutricional.
Los cambios fisiológicos a los que nos referimos incluyen las alteraciones en los procesos digestivos, los cambios metabólicos, la pérdida de apetito o la natural disminución de la fuerza que se producen con los años y que pueden favorecer la aparición de desequilibrios nutricionales, como la anemia o enfermedades óseas como la osteoporosis. Del mismo modo, con los años se tiende a padecer alteraciones en el gusto, olfato o capacidad de masticación, que pueden acabar alterando la calidad de la nutrición.
Los cambios fisiológicos a los que nos referimos incluyen las alteraciones en los procesos digestivos, los cambios metabólicos, la pérdida de apetito o la natural disminución de la fuerza que se producen con los años y que pueden favorecer la aparición de desequilibrios nutricionales, como la anemia o enfermedades óseas como la osteoporosis. Del mismo modo, con los años se tiende a padecer alteraciones en el gusto, olfato o capacidad de masticación, que pueden acabar alterando la calidad de la nutrición.
Junto a estos procesos fisiológicos, la mayor frecuencia de enfermedades crónicas, que deriva en la utilización de diversos fármacos, junto a una vida sedentaria, pueden favorecer un mayor riesgo de carencias nutricionales.Entre los cambios sociales destacamos los estados de desmotivación que van de la mano de la pérdida de apetito y que repercuten también en trastornos nutricionales, generando un círculo vicioso: las carencias nutricionales, como la anemia, provocan una sensación de debilidad física y muscular que conlleva sensación de incapacidad y bajo estado anímico que, a su vez, empeoran aún más el estado nutricional.
En definitiva, un estado nutricional con carencias contribuye a empeorar la capacidad funcional y mental del individuo, y a reducir su nivel de independencia y su calidad de vida.
En definitiva, un estado nutricional con carencias contribuye a empeorar la capacidad funcional y mental del individuo, y a reducir su nivel de independencia y su calidad de vida.
Pero es posible mejorar esta situación mediante una serie de consejos dirigidos a favorecer una alimentación adecuada, equilibrada, y que cubra todas sus necesidades a fin de conseguir la mejor calidad de vida posible”
Convertir un círculo vicioso en un círculo virtuoso es más sencillo de lo que imaginamos si sabemos cómo. Y en este caso, el primer paso es tomar consciencia que alimentarse correctamente es la clave para fortalecer la salud.
Pero, ¿cómo superar la desgana y hacer más llevadera la rutina vinculada a la alimentación: comprar, cocinar, masticar y deglutir?
Nestlé es muy consciente de esta realidad y bajo el criterio menos es más busca facilitar a los mayores el dar el primer paso en este círculo virtuoso de la Nutrición.
Menos volumen. Menos esfuerzo. Menos preparación
Más calidad nutricional. Más facilidades. Mejor sabor.
Para ello ha creado Meritene. La forma más práctica y efectiva de incluir en cada comida los hidratos de carbono, las proteínas, vitaminas y minerales que su organismo necesita sin necesidad de ir al mercado y de cocinar.
En forma de sabrosos batidos y sopas de agradable textura fáciles de preparar, añadiendo sólo agua o leche, consigue cubrir sus requerimientos energéticos, proteicos y vitamínicos diarios.
Para llegar a la nutrición sin que ir a comprar, cocinar, deglutir o digerir sea un problema.
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