MARISCO: "EL REY DE LA MESA" RADIO CORAZON Y VIDA

MARISCO: "EL REY DE LA MESA"
  • El >marisco, en sabor exquisito con un alto valor nutritivo

  • Algunos consejos a la hora de comprar marisco

  • ¿Sabes cómo cocinar marisco?


  • El marisco es un manjar imprescindible en los menús de las grandes celebraciones, por ejemplo en la cena de Navidad. Sin duda, se convertirá en una opción exquisita para todos tus invitados.
    Los mejores meses para comer marisco son los comprendidos entre noviembre y abril, ya que el periodo de su reproducción se extiende de mayo a agosto y durante este tiempo gran parte de las especies pierden peso, sabor y textura.
    El marisco, un sabor exquisito con un alto valor nutritivo
    Además de por su exquisito sabor, el marisco se caracteriza por su alto valor nutritivo. Tiene un bajo aporte calórico debido a que este grupo de alimentos contiene muy poca grasa. Además, aporta muchas proteínas, vitaminas y minerales como el fósforo, el calcio, el zinc, el potasio o el yodo.

    El consumo de marisco puede resultar algo indigesto, por ello te recomendamos no comerlo grandes cantidades ni más de dos veces por semana.
    Algunos consejos a la hora de comprar marisco

    Si quieres disfrutar de todo el sabor del marisco lo mejor es comprarlo vivo, sobre todo los que van a comerse crudos. Las especies de marisco que se venden vivas en los mercados son, sobre todo, los crustáceos andadores: cangrejo, langosta, bogavante, buey de mar y centollo.

    Para saber si las piezas de marisco están vivas puedes tocarles los ojos para notar si se mueven. Los animales que tienen cola deben tenerla recogida sobre el cuerpo. Si está estirada es indicio de que el animal está muerto.
    El marisco también puede adquirirse refrigerado, congelado, e incluso cocido y listo para comer.

    Como todos los productos del mar, el marisco hay que comprarlo fresco para evitar intoxicaciones por un posible mal estado de los animales.

    Te aconsejamos que rechaces aquellas piezas de marisco que no tengan buen aspecto, estén viscosas o desprendan un olor similar al amoníaco. En el caso de los crustáceos de cuerpo alargado (gambas, cigalas o langostas), deben tener la carne elástica y de color blanco o rosado. El punto de unión entre cabeza y cuerpo no debe desprenderse con facilidad ni tener un color oscuro.


    • Los crustáceos de cuerpo redondo (centollos, nécoras o bueyes de mar) son un tipo de marisco que debe tener el caparazón duro y brillante y la carne fina y elástica. Asimismo, deben evitarse aquellos que presenten un hundimiento entre la cabeza y las patas.
    • Los moluscos (mejillones, almejas o navajas) son un tipo de marisco que debe tener las valvas cerradas y con dificultad para abrirse. En su interior, tiene que haber abundante líquido transparente y su carne debe estar firme.
    • Los cefalópodos (calamares, sepias o pulpos) deben presentar la carne elástica y los tentáculos han de estar bien unidos a la cabeza.

    El marisco es un alimento perecedero, por ello, debes consumir marisco el mismo día que lo compras. Si eliges congelar el marisco, es recomendable que lo saques del congelador cuatro horas antes de cocinarlo, o bien lo dejes en el frigorífico la noche anterior. Una vez descongelado, el marisco deberá consumirse antes de trascurridas veinticuatro horas. Si el marisco es fresco, no es aconsejable congelarlo, pues perdería su sabor.
    ¿Sabes cómo cocinar marisco?
    Tan importante como elegir el marisco es saber cocinarlo. Lo ideal es hacerlo de la forma más natural posible para conservar su sabor original.

    Los métodos más empleados para el consumo de marisco son:

    • Cocido: La primera norma a respetar es que el marisco vivo debe comenzar a cocerse en agua fría y el muerto en agua hirviendo. Esta regla se aplica a las piezas grandes como el centollo, la nécora o la langosta. En el caso de especies más pequeñas como los langostinos o las gambas, estén vivos o no, se cocinan en agua hirviendo.

      La cocción del marisco se suele realizar por inmersión dentro de una olla con agua normal –te recomendamos utilizar agua de mar si es posible– y sal (50 g de sal gorda por cada litro de agua o 140-180 g de sal normal). El tiempo de cocción del marisco varía en función del tamaño de las piezas. También puedes añadir al agua ingredientes al gusto, como laurel, un poco de aceite de oliva o limón.
      Una vez cocido el marisco, enfríalo en un recipiente con agua y hielo para que la carne quede más prieta.
    • A la plancha: Es el método de cocción utilizado sobre todo con los crustáceos de cola –gamba, cigala, bogavante, langosta o navaja–. Las piezas de marisco de mayor tamaño deben seccionarse por la mitad en vivo y posteriormente comenzarse a cocinar por la parte de la cáscara. En este caso también le puedes añadir ingredientes que le den algo de gusto extra como zumo de limón o vinagre.
    • Crudo: El marisco también se puede consumir crudo (ostra, berberecho, la mayoría de los moluscos), frito (calamar, gamba, galera…) y guisado (mejillón, vieira, berberecho…).

    Los vinos blancos jóvenes secos, afrutados y cavas, son la mejor opción para acompañar el consumo de marisco.

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